En la segunda parte de la obra, unos
duques, que han acogido en su palacio a don Quijote para divertirse
con su locura, piensan también en reírse de Sancho y lo nombran
“gobernador de la ínsula. Antes de salir a la supuesta ínsula,
recibe los consejos de Don Quijote]
-Así es verdad-replicó don
Quijote-; por lo cual los no de principios nobles deben acompañar la
gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada
por la prudencia, los libre de la murmuración maliciosa, de quien
no hay estado que se escape.
Haz gala, Sancho, de la humildad de
tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores;
porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y
préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a
la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera
traer tantos ejemplos que te cansarán. Mira Sancho: si tomas por
medio la virtud, y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para
qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque
la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí
sola lo que la sangre no vale […]Nunca te guíes por la ley del
encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen
de agudos. Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero
no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir
la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre
los sollozos e importunidades del pobre. Cuando pudiere y debiere
tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al
delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del
compasivo. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el
peso de la dádiva, sino con el de la misericordia[…]
Prosiguió, pues, Don Quijote y
dijo:
-En lo que toca a cómo has de
gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que
seas limpio, y que te cortes las uñas, sin dejarlas crecer[…].No
comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería.
Anda despacio, habla con reposo […]
[Sancho gobierna con discreción la
supuesta ínsula, pero finalmente es burlado y apaleado]
-Vuestras mercedes se queden con
Dios, y digan al dique mi señor que, desnudo nací, desnudo me
hallo: ni pierdo ni ganao; quiero decir, que sin blanca entré en
este gobierno, y sin ella salgo, bien al revés de cómo suelen salir
los gobernadores de otras ínsulas. Y apártense, déjenme ir […]
Abrazáronle todos, y él, llorando, abrazó a todos, y los dejó
admirados, así de sus razones como de sus razones como de su
determinación tan resoluta y tan discreta.
(Quijote, II,42-43,53)
- Comenta los consejos que don Quijote da a Sancho. ¿Qué ideas y actitudes valora Cervantes en los que tienen responsabilidad de gobierno?
- Explica el contraste que se establece en el texto entre los conceptos de nobleza de sangre y virtud. ¿Cuál de estos conceptos se corresponde mejor con las ideas renacentistas? ¿Por qué?
- Anota y comenta los pasajes donde aparezca algún tipo de crítica de carácter social.
- Junto a los consejos sensatos, aparecen también otros que resultan burlescos. Relaciónalos con la caracterización del personaje y con las diferentes interpretaciones de la obra.
- En el pasaje final aparece uno de los temas básicos de la novela, el desengaño: Sancho, que durante toda la obra ha esperado el momento de acceder, como los escuderos de las novelas de caballerías, al gobierno de una ínsula, se marcha de esta desengañado, pero al mismo tiempo arrogado de una gran dignidad. ¿Cómo se manifiesta el desengaño? ¿Por qué se puede afirmar que el personaje se ha dignificado? ¿Qué importancia tiene todo ello, junto con el texto siguiente, en relación con el sentido final de la obra?.
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